Jávea es una población con un extenso litoral. Son 25 kilómetros de costa en total. La mayoría de ellos están protagonizados por abruptos acantilados que descansan sólo en forma de bonitas calas (Portichol, la Granadella...). Sin embargo, también existen tramos de costa al nivel del mar que permiten disfrutar de un agradable paseo.
En la época veraniega caminar por alguno de estos paseos es una actividad muy recomendable tanto a primera hora de la mañana como a partir de media tarde.
Un paseo marítimo clásico en el barrio marinero de Jávea arranca desde el extremo de la calle Marina Española, junto al puente de la desembocadura del río Gorgos. Desde allí caminaremos en dirección al puerto pesquero por el Paseo de la Grava.
En primer término pasaremos junto a la Casa del Cable. Es una espacio municipal dedicado a exposiciones de arte construido sobre la casa que albergó el primer cable telegráfico en la Península Ibérica y las Islas Baleares. Durante todo este primer tramo pasaremos junto a un buen número de restaurantes.
Seguidamente podremos incluso bajar a la Playa de la Grava o seguir nuestro camino hacia la lonja de pescadores. En ese punto, la ruta podemos continuarla hacia el espigón sur o directamente hacia el norte pasando junto a los pantalanes del puerto público y los del Club Náutico.
Antes de entrar en el espigón norte tendremos la opción de asomarnos a la Cala del Pope, cuya playa ha desaparecido por efecto de los temporales de Levante, pero que garantiza una preciosa vista del Cabo de San Antonio. De hecho, desde allí mismo arranca una ruta que sube por el mismo cabo y llega al faro. Una vez lleguemos al final del espigón, contemplaremos toda la bahía de Jávea a un lado y el horizonte marino a otro. Entonces podremos regresar al principio del paseo.
Precisamente el punto de inicio y final del paseo marítimo de Jávea anterior puede ser el de partida de la caminata por el Montañar (el Primero, en este caso) hasta el Arenal. Desde el mismo puente nace un carril bici que tiene junto a él una amplia acera que nos permitirá pasear con comodidad.
Nada más empezar a caminar, a nuestra derecha iremos descubriendo, entre los apartamentos, algunas casas de construcción tradicional -casi todas con muchos elementos de tosca-. Son edificaciones de verano levantadas principalmente a mediados del siglo XX -incluso antes- por gente adinerada. Algunos fueron los primeros turistas llegados a Jávea, procedentes de Valencia y también de Alcoy.
A medio camino, en la parte de la costa en sí empezaremos a vislumbrar un paisaje muy particular de esta zona. Son las excavaciones para la extracción de piedra tosca. A lo largo de los siglos, toneladas de este tipo de piedra han sido talladas en el Muntañar -tanto el Primero como en el Segundo- para construir en casas y chalets en Jávea. Su extracción -desde hace un tiempo prohibida- ha dejado un paisaje singular.
En algunos puntos forma piscina de agua de mar y en otros pequeñas escaleras. En todo caso no deja de ser curioso. Siguiendo el paseo, el último tramo se acerca al Parador nacional y llega hasta la misma Playa del Arenal. Es el momento de dar media vuelta y regresar por la mis ruta u, otra opción, volver por la Vía Augusta. Además, desde Semana Santa hasta prácticamente octubre, a lo largo del recorrido tenemos la opción de detenernos en alguno de los chiringuitos que se instalan durante esta época.
El tercero de los paseos que proponemos entronca también con el segundo aunque vamos a proponer un punto de partida diferente a la Playa del Arenal. Podremos dejar el vehículo en la Cala Blanca Allí existe una zona de parking donde, excepto en días puntuales, suele ser relativamente accesible aparcar.
La misma Cala Blanca es un buen sitio para pasear o sentarnos a contemplar la vista. También lo podremos hacer a la vuelta. Si iniciamos nuestro camino en dirección a la Playa del Arenal podremos elegir entre hacerlo por la misma acera de la Avenida Ultramar -no es tan ancha como la del Primer Muntañar- o junto al mar por una senda que, advertimos, se complicará en algunos puntos.
Cuando llevemos caminando unos 10 minutos descubriremos un monumento único: La Séquia de la Nòria. Se trata de una excavación realizada por los romanos para alimentar de agua de mar la salina entonces situada al otro lado de la línea de apartamentos, en la zona conocida como El Saladar.
Junto a estos canales y a lo largo de todo el recorrido, encontramos chalets de lujo construidos a principios de la segunda mitad del siglo XX. Éste es uno de ellos. A nuestra llegada a la Playa del Arenal tendremos la posibilidad de asomarnos al Mirador desde el que se contempla toda la playa con la silueta del Montgó al fondo: un paisaje de postal. El regreso es aconsejable hacerlo por el mismo camino.
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