Si adquieres una villa de lujo en Altea, estás consiguiendo mucho más que una vivienda. Estás consiguiendo vida, cultura, historia, una gastronomía local única y un clima absolutamente privilegiado. ¿Lo mejor? Vas a tenerlo todo a unos minutos de las puertas de tu casa.
Cuando compras una villa de lujo en Altea, estás invirtiendo en ti.
Altea cuenta con un casco histórico inigualable, donde la fantasía medieval se mezcla con los colores del mar Mediterráneo.
Sus festividades, inmensamente ricas, derrochan cultura. Las celebraciones de Moros y Cristianos, en conjunto con las Fiestas Patronales, van a hacer que cada mes de septiembre vivas una experiencia inolvidable.
Tampoco nos podemos olvidar de su gastronomía. Ya sabes que Altea se encuentra en la cuna de la paella. Sus arroces tradicionales están en otra liga. No solo hablamos de la paella mixta, también de “l’arròs amb fessols i polp”, la “paella d’aladroc” o “l’arròs amb ceba”.
Aparte de los arroces, te vas a volver todo un aficionado a las empanadas y cocas, con multitud de rellenos para todos los paladares. Y como no… ¡Sus dulces típicos! Las monas cerca de Pascua y sus rollos de naranja durante todo el año son las estrellas de los momentos más azucarados.
La comodidad del hogar a unos pocos minutos de la costa turquesa del mar Mediterráneo. Seguro que es uno de los principales motivos por los que estás buscando invertir en una villa de lujo en Altea.
La cercanía de sus playas, las cuales apenas tienen masificación, te van a permitir disfrutar del tiempo con toda tu familia, incluso mascotas, ya que desde 2016 la playa de Mar y Montaña es apta para perros.
Pero esta no es la única naturaleza de la que vas a disfrutar. El Parque Natural Serra Gelada, así como la Sierra de Bernia, te ofrecen una cantidad excepcional de fauna y flora, tanto marina como terrestre. ¡Y todo al lado de casa!
Si quieres explorar un poco los alrededores y hacer alguna excursión, también vas a encontrar a tu completa disposición las Fuentes del Algar, unas piscinas naturales como pocas has visto. Incluso, no dudes en coger una embarcación y visitar la isla de Tabarca. ¡Un sin fin de posibilidades!