En la Costa Blanca encontramos algunos de los centros históricos más bonitos y mejor conservados de todo el Mediterráneo. Sin duda, el de Altea es uno de ellos. El blanco impoluto de las fachadas y el azul de la cúpula de la iglesia parroquial, se ha convertido en una imagen típica de esta localidad en la que podemos encontrar casas de lujo de todo tipo.
Entre los vecinos el casco antiguo es conocido como “El fornet” y arquitectónicamente destaca por su clara influencia árabe: calles estrechas, circulares, sin salida, empedradas... es decir, ípico de otros lugares mediterráneos. Su situación en altura -para visitarlo desde abajo hay que estar preparados para caminar cuesta arriba- ofrece la posibilidad de disfrutar de unas preciosas vistas. A lo largo del camino podremos entrar en alguna de las muchas tiendas de artesanía en las que comprar algún objeto elaborado con mimo.
Además de las casas tradicionales, que en este caso son más bonitas aún gracias a la miles de flores que decoran sus fachadas y balcones, el centro histórico está rematado por la iglesia parroquial Nuestra Señora del Consuelo.
Y en un viaje del pasado al presente, otro edificio singular que no debemos perdernos es el Palau. Un gran centro cultural situado en la parte baja del centro histórico que acoge desde conciertos de música de todo tipo hasta congresos pasando por exposiciones de arte.
Fuera del centro histórico, Altea ofrece mil rincones en los que podemos disfrutar de momentos inolvidables. Calas preciosas y pequeñas, históricas torres vigía... Todo un atractivo que ha hecho posible que en esta población exista una gran oferta para comprar villas de lujo.
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