Jávea es, sin lugar a dudas, una de las poblaciones más bonitas de toda la Costa Blanca. Los cientos de europeos que han decidido comprar una casa aquí son la prueba del irresistible encanto de este rincón del Mediterráneo. Y para poder contemplar esta belleza natural, nada mejor que seguir la conocida como Ruta de los Miradores.
Está formada por 15 balcones que miran al mar y al valle desde diferentes espacios como playas, acantilados o cabos. Si seguimos la ruta de norte a sur podemos empezar en el Cabo de San Antonio, con vistas a toda la bahía y a Ibiza en días muy claros. En segundo lugar, encontramos Los Molinos, unas de las construcciones más emblemáticas de la localidad.
El siguiente mirador lo tenemos en la Punta del Arenal, una antigua factoría de salazones de época romana. Hacia el sur llegaremos a la Séquia de la Nòria, una curiosa excavación realizada por los romanos para facilitar la entrada a la antigua salina del Saladar. A pocos metros, estaremos en el mirador de la Cala Blanca que junto con el de Caletes ofrecen una bonita perspectiva de la bahía, el Montgó y el Cabo de San Antonio.
La ruta continúa en el mirador de la Cruz del Portichol y el de L'Illa, uno de los paisajes más reconocibles de Jávea. Nos adentramos así en la zona de acantilados con algunas de las vistas más impresionantes: el de la Falzia y el Cap Negre, tras el cual llegamos al Cabo de La Nao, el verdadero amanecer de España.
El último tramo de la ruta está integradoo por el mirador de Les Pesqueres, cuyo nombre responde a la pesca tradicional que se realizaba desde los acantilados en arriesgadas condiciones. Para seguir en el de Ambolo, donde podemos ver una torre vigía, y el Castell de la Granadella, antigua fortificación situada en este precioso enclave. Por último el mirador de la Granadella (elegida como la mejor playa de España en 2013) es el final de la ruta y nos regala una panorámica bellísima de los acantilados de Benitachell y Moraira.
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