Sólo es necesario darse una pequeña vuelta por Jávea, por la ruta de los miradores o alguna de sus urbanizaciones para descubrir villas espectaculares, de esas que sus vistas al mar nos quita el hipo, con diseños vanguardistas, y arquitectura de líneas rectas y estilo minimalista. Pero también, y por suerte, con una vuelta más en profundidad, encontramos fantásticas casas tradicionales, con decenas (o centenares) de años entre sus paredes, con un encanto especial que las hace únicas y con una calidad que nada tiene que envidiar a las construcciones más modernas.
Aunque una casa tradicional de Jávea no tiene por qué reunir necesariamente todas las claves que os damos a continuación, la presencia de alguna de ellas os ayudará a identificarla:
1. Presencia de naya: la naya (o naia) es una terraza cubierta en la que antiguamente se secaba la uva pasa y es, quizá, el signo más distintivo de las construcciones de la zona. Actualmente se puede utilizar como porche y zona de descanso.
2. Muros, arcos y detalles con piedra tosca: la tosca, una roca arenisca calcárea, ha sido tradicionalmente la piedra reina en la construcción de las casas en Jávea. Las huellas de la extracción de esta piedra se pueden observar a la perfección en el Primer y Segundo Montañar. En un pequeño paseo por el Centro Histórico, podemos ver la cantidad de casas y edificios públicos (Iglesia, Ayuntamiento, Mercado Municipal,…) en los que esta piedra es la protagonista.
3. Suelos de barro: el barro cocido ha sido uno de los más utilizados en la zona para los suelos, hasta que fue desplazado por materiales más resistentes y versátiles como el gres. La razón de su uso es que era un material barato, ya que se fabricaba con la arcilla de la zona. El barro cocido es muy poroso y se desgasta con facilidad, pero si se restaura y se le da tratamiento, el resultado es un suelo con mucho carácter.
4. Viguetas vistas de madera: las vigas de madera son un elemento común en todo el mediterráneo y también en las viviendas de Jávea.
5. Revestimiento exterior blanco: tradicionalmente el exterior de las casas se revestía con cal. El blanco era el color que predomina en el mediterráneo, para abaratar costes, pero también para minimizar el calor de los rayos del sol. Ahora se hace con mortero de cemento, pero el resultado es el mismo: fachadas blancas, frescas y fáciles de mantener.
6. Cubierta inclinada con teja: las casas a dos aguas son las que predominan en la zona. Una de las razones es porque el espacio existente entre el tejado y la última planta se utilizaba como granero. En las casas actuales, se le puede dar uso de altillo o dejar el techo inclinado a la vista: el encanto de las habitaciones abuhardilladas es innegable.
Si eres un romántico y estás interesado en comprar una de estas casas casa, en AR Luxury Living sabemos identificarlas: llevamos toda la vida aquí y conocemos al milímetro Jávea y su paisaje. En nuestro catálogo de casas en venta disponemos de algunas construcciones de estilo rústico realmente especiales. ¿Te apetece ver algunas de ellas?
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